¿Cuándo es discriminación? Como pa´ burro
Con justa razón se ha iniciado en las redes sociales un debate relacionado al uso de condiciones clínicas como recurso literario o periodístico para adjetivar características de personas. Este debate se ha iniciado con relación al uso de la palabra autista por Aldo Mariátegui en su columna titulada Segura no funciona para desacreditar al actual Ministro de Economía . En su columna de opinión Mariátegui escribe: (…) como que urge que pongan a alguien con mejores capacidades que el autista de Segura.
Para hacerla simple. Una cosa es ponerle una chapa a tu amigo como "el cojo" López, "el mudo" Ramírez, "la negra" Villanueva, "el ciego" Oblitas, "el manco" Pérez, etc. ¿Algún atisbo de discriminación o falta de respeto? No, ¿no? Otra, totalmente distinta es decir: no debe ser profesor porque es ciego, no puede ser ministro porque es cojo, no puedo ingresar a esta universidad porque es mudo, no puede ser ingeniero porque tiene ojos azules, no puede donar sangre porque es gay.
Mariátegui se defendió: ¿Y no se usa “el mudo” para Castañeda o “el ciego” para Oblitas? ¡No por eso sordos, mudos, etc. deben sentirse aludidos peyorativamente!
¿Se entiende la diferencia? Digamos que como pa’ burro, con las disculpas del caso a todos nuestros hermanos equinos y, a quien le caiga el guante... Imagínense esta frase: Como urge que pongan a alguien en el departamento de matemáticas de la universidad de Lima con mejores capacidades que al esclerótico lateral amiotrófico de Perico de los Palotes. Stephen Hawkings, el físico teórico más brillante de nuestros tiempos tiene esa condición médica.
Uno no puede menospreciar a alguien por tener una condición diferente. Uno no debe estereotipar ni suprimirles oportunidades solo porque no son como la mayoría.
Recientemente, en abril de este año, Microsoft ha lanzado un piloto para contratar profesionales con autismo. “La gente con autismo tiene fortalezas que necesitamos en Microsoft. Cada individuo es diferente… es un foco de talento que queremos tener en la empresa”, manifestó la vicepresidenta de la corporación, Mary Ellen Smith, quien es madre de un hijo adolescente con autismo.
Cuando las futuras generaciones, y espero no muy futuras, lean la columna que mencioné se reirán de lo diminuta de su cultura e inteligencia. Como cuando antes se escribía que los esclavos no eran seres humanos.
Conversando ayer con un amigo, me comenta que su compadre tiene dos hijos sordo - mudos. Tuvieron que salir del país para brindarles una educación de calidad. Hoy son grandes profesionales. Soñemos con un país que ofrezca oportunidades para nuestros hijos. ¿Por qué no? Empecemos tumbando los estereotipos.
Escrito por
Padre de un hijo neurodiverso. Periodista y ambientalista.
Publicado en
Neurodiversidad con equidad y respeto.